La injusta decisión del Comité de Competición, que clausura en primera instancia el Benito Villamarín por dos partidos, es tan absurda que no impide que el club verdiblanco pueda jugar esos encuentros en la ciudad de Sevillla y con público, por lo que lo único para lo que sirve es para molestar a la afición del Real Betis. Lo más normal, si otra instancia superior no hace justicia, es que por tanto se juegue en La Cartuja.

De momento, los partidos a cumplir el castigo serían ante Villarreal y Mallorca, pero el Betis ya ha anunciado que va a recurrir primero ante Apelación, y seguirá recurriendo si no ve satisfechas sus alegaciones hasta la instancia que sea necesario, por lo que el castigo no se cumplirá hasta dentro de algunos meses, si es que le conceden medidas cautelares, como es probable.